El cáncer de próstata representa el tumor más frecuentemente diagnosticado en los varones adultos en Europa, siendo el primer cáncer sólido diagnosticado con mayor frecuencia y la segunda causa más común de muerte por cáncer entre los hombres europeos con más de 450.000 nuevos casos.
La biopsia es el único método que nos permite confirmar o descartar la presencia de un cáncer de próstata.
Sin embargo, la biopsia de próstata clásica es muy inespecífica, siendo tan solo positivas aproximadamente el 33% de las biopsias que se realizan. Esto se debe a que los tumores de próstata en sus fases iniciales son de muy pocos milímetros y de apariencia similar al tejido prostático normal, con lo que no se pueden visualizar con las pruebas radiológicas habituales.
Actualmente existen métodos de imagen altamente sofisticados que nos permiten detectar lesiones sospechosas de cáncer prostático y por lo tanto aumentan la calidad y el rendimiento de la biopsia de próstata. Estas pruebas de imagen son la RMN (resonancia magnética nuclear) y los Microultrasonidos.
Estas tecnologías nos permiten realizar biopsias dirigidas a lesiones sospechosas que pasarían totalmente desapercibidas en la biopsia estándar que se realiza de modo rutinario.