Los éxitos obtenidos en el tratamiento del cáncer de testículo se producen gracias al tratamiento multimodal que combina la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia utilizando uno o varios de ellos dependiendo del tipo histológico y del estadio tumoral.
- Orquiectomía inguinal: la orquiectomía es siempre el primer paso en el tratamiento del cáncer de testículo. Para evitar alteraciones en el drenaje linfático que provoquen metástasis la orquiectomía debe realizarse vía inguinal.
- Radioterapia.
- Quimioterapia.
- Linfadenectomía retroperitoneal: se realiza en determinados tipos de pacientes dependiendo del estadio tumoral y de la presencia de factores de mal pronóstico de recurrencia tumoral retroperitoneal.
- Cirugía de la masa residual: se realiza en pacientes en los que persisten masas residuales retroperitoneales tras el tratamiento con quimioterapia y presentan marcadores negativos tras la realización de la orquiectomía.
LINFADENECTOMÍA RETROPERITONEAL ROBÓTICA
La linfadenectomía retroperitoneal se realiza en determinados pacientes con cáncer de testículo dependiendo del estadio tumoral y de la presencia de factores de mal pronóstico de recurrencia tumoral retroperitoneal. Esta cirugía supone la extirpación de los ganglios retroperitoneales en aquellos pacientes que han presentado un cáncer de testículo en estadio I o II A/B.
La linfadenectomía retroperitoneal es una técnica quirúrgica que supone una gran complejidad técnica y sólo se realiza mediante abordaje mínimamente invasivo (robótico o laparoscópico) en hospitales que cuentan con una larga experiencia. La realización de una linfadenectomía por cirugía abierta requiere de una gran incisión abdominal con todas sus posibles complicaciones.
Esta técnica se realiza mediante pequeñas incisiones abdominales (5-10 mm) por las que se introducen una cámara y los brazos articulados del robot necesarios para la intervención. Los ganglios se extirpan por una incisión mínima.
Ventajas de la linfadenectomía retroperitoneal robótica:
- Disminución del dolor postoperatorio y de las necesidades de analgesia.
- Menor sangrado tanto intraoperatorio como postoperatorio con una baja tasa de transfusiones.
- El robot aporta una excelente visión en 3 dimensiones y con un aumento de hasta 10 veces. Esta mejor visión va a permitir realizar una cirugía más segura.
- El sistema robótico da Vinci permite al cirujano realizar la intervención sentado a los mandos de una consola desde donde dirige los brazos articulados del robot. Estos brazos tienen una capacidad de giro mayor que la mano humana lo que consigue una libertad total de movimientos (que no es posible con la cirugía laparoscópica). La maniobrabilidad de los brazos articulados del robot consigue una gran precisión para la extirpación completa de los ganglios que se encuentran en el retroperitoneo y suelen estar muy adheridos a otras estructuras (fundamentalmente vasculares); Así, es posible una mejor liberación de los ganglios disminuyendo el riesgo de lesión de las estructuras vasculares y de órganos abdominales.
- Se mantienen todos los principios oncológicos minimizando de forma muy importante la morbilidad relacionada con la cirugía muy elevada si se realiza por cirugía abierta.
- La realización de una cirugía mínimamente invasiva, disminuye el riesgo de complicaciones quirúrgicas y postoperatorias.
- Importante disminución del riesgo de infección, apertura de la herida quirúrgica, eventración intestinal (salida de asas intestinales hasta piel) y de hernias postoperatorias ya que se realiza con pequeñas incisiones, en comparación con las grandes incisiones que es preciso realizar si se realiza cirugía abierta.
- Importante disminución del tiempo de hospitalización.